Palacio da Pena de Sintra
Mi pareja y yo queríamos viajar a Portugal a conocer una de sus ciudades. Dado que soy amante del mundo de los castillos y palacios, nuestro destino era claro, conocer la ciudad de Sintra. En IEST Viajes se adaptaron a nuestras necesidades y viajamos al mejor precio. Al final me volví a España con unas ganas enormes de conocer más de esta imponente ciudad, del país y de su cultura en general.
Guardo un hermoso recuerdo del país del que os voy a hablar, y tanto para mi mujer como para mí, Sintra es el más bello secreto que guarda Portugal.
Tras un corto pero ansiado viaje en avión llegamos hasta Lisboa. Una de las ciudades que más visitantes españoles atrae, y es que dada su cercanía y gracias a sus precios debería ser una escapada obligatoria.
Aquí en la capital, visitamos varios monumentos imprescindibles como la Catedral de Lisboa Santa María Maior, la catedral e iglesia más importante de Lisboa. El Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belén, situada en el estuario del Tajo, que sirvió inicialmente como torre defensiva para proteger Lisboa. O el Castillo de San Jorge, entre otros lugares de interés, situado en la cima de la colina de San Jorge, la más alta de la ciudad.
Pasamos todo un fin de semana conociendo la capital portuguesa y disfrutando de su gastronomía que tan variada y abundante es. Entre las opciones más típicas, disfrutamos de bolinhos de bacalao, pan con chorizo, un clásico imprescindible de la cocina portuguesa, o caldo verde. Y nunca falta el bacalao, con tantos platos que no habrá tiempo para probarlos todos, pero uno de los más famosos es el bacalao con nata, imprescindible en la lista de qué comer en Lisboa. Y entre los dulces, el más típico, pasteles de Belén, pastéis de Belem.
Llegamos a Sintra, declarada Patrimonio de la Humanidad desde 1995, en tren desde la estación de Rossio. Tuvimos la oportunidad de visitar el mar y el hermoso Palacio da Pena, con sus paredes amarillas y rosas. Este palacio es el mayor exponente del romanticismo del siglo XIX en Portugal. Sus jardines poseen más de quinientos tipos de árboles, provenientes de todo el mundo.
Aunque sus calles empinadas nos obliguen a ejercitar las piernas para recorrerla, Sintra posee un encanto único que la convierte en uno de los lugares más bellos de Portugal. Su característica arquitectura, que integra a la perfección palacios y jardines, castillos y bosques, merece una visita obligada.
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