Todo comenzó cuando mis hijos escogieron Malta como destino de verano para ir a estudiar inglés. Cada año eligen un sitio distinto para perfeccionar el idioma y este año decidimos unirnos también mi marido y yo. Así que después de pasar las mañanas recibiendo clases, aprovechamos las tardes, noches y fines de semana de nuestra estancia para disfrutar de tiempo en familia en un destino maravilloso.

Optamos por organizar todos estos planes con la ayuda de nuestra agencia de confianza, IEST VIAJES, de tal forma que pudiéramos amoldarnos al plan lectivo de los chicos. Y la verdad es que nos dio tiempo a disfrutar de todo.

Recorrimos muchos pueblecitos típicos mediterráneos cargados de historia y buen ambiente. Cafeterías, restaurantes, hotelitos, edificios antiguos, ruinas, palacios... Malta es rica en cultura e Historia. Perderse por muchas de sus calles es como retroceder en el tiempo. Muchos puntos de interés están declarados Patrimonio de la Humanidad y se nota que sus habitantes están acostumbrados a recibir a los turistas y lo hacen con los brazos abiertos.

Visitamos, además de Malta, otras islas como Gozo o Comino, cada una con su encanto particular y sus atractivos para visitar.

También pasamos gran parte del tiempo disfrutando del sol, sus playas y los deportes de arena y mar, como el voleybol o el buceo. Las playas son de aguas azul turquesa y están repletas de zonas rocosas y acantilados de gran belleza para disfrutar de sus vistas.

Y para los jóvenes hay una gran oferta de ocio nocturno. Los locales de música y baile se llenan para disfrutar de las noches de verano con una temperatura inmejorable.

Me pareció un sitio muy bonito y sobre todo muy completo para disfrutar de unas vacaciones en familia con todo tipo de opciones para todas las edades y todos los gustos.


Jaime y Teresa, Barcelona.