Vacaciones... en Brasil!
Mi mujer y yo celebrábamos nuestro primer aniversario de boda y queríamos hacer un gran viaje. Todavía teníamos “resaca” de nuestra luna de miel y no queríamos dejar pasar un año más sin volver a lanzarnos a una súper aventura. Tenemos una lista enorme de destinos a los que pensamos ir en algún momento y en los primeros puestos estaba Brasil. Nos convenció la ruta que nos propusieron en IEST y lo organizamos en pocos días. Ya habíamos hecho a través de esta agencia nuestro viaje de novios y la verdad es que nos quedamos bastante contentos.
Una de las cosas que más nos apetecía era disfrutar de esos “ritmos brasileños” tan conocidos mundialmente y empaparnos de la comida tradicional del país, así que estos dos elementos no podían faltar en nuestra ruta de viaje.
Visitamos la ciudad maya de Tikal. En IEST nos explicaron que era el mejor exponente de la cultura maya clásica y, por supuesto, no quisimos perdérnoslo. Para esta jornada contamos con un guía, que nos explicó que es uno de los mayores yacimientos arqueológicos de la civilización maya precolombina y que fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
Para ello, una parada obligada era Río de Janeiro. Queríamos conocer la ciudad de verdad, por dentro, así que nos adentramos por sus calles y nos contagiamos de ese encanto carioca tan característico... Están los clásicos, que no pueden dejar de visitarse y que aunque hayamos visto mil veces en películas, no dejan de impresionar en vivo, como son el Cristo Corcovado, el centro histórico, o las fantásticas playas de Ipanema y Copacabana. Pero también nos tomamos tiempo para conocer sus favelas y ver la forma de vida “real” de los brasileños.
Después pusimos rumbo a Salvador de Bahía... Simplemente espectacular! Es un referente de la cultura afro-brasileña. Una ciudad perfecta para practicar literalmente eso de perderse por sus calles sin prisas ni horarios. Y haciendo las paradas pertinentes en los restaurantes más típicos para saborear la comida local. Salvador es rico en cocina, cultura, música, arquitectura y en la alegría que su gente desprende.
La tercera parte del viaje la dedicamos a recorrer Morro de Sao Paulo. Una isla maravillosa con playas paradisíacas, hoteles con mucho encanto y una gran oferta de locales para comer, ver el atardecer, bailar... Aquí la diversión está asegurada. Además desde los hoteles se organizan un montón de excursiones por la zona para ver los arrecifes de corales, practicar buceo o surf.
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