Aventura en Australia
Todos los años, mi marido y yo nos hacemos un viajecito solos. Aprovechamos la oportunidad para desconectar durante unos días y disfrutar de una de nuestras mayores pasiones: viajar. Por mucho que se viaje, siempre hay sitios nuevos e increíbles por visitar y, en esta ocasión, nos costó poco ponernos de acuerdo: ¡Australia! Los últimos años hemos dejado la organización en manos de IEST y nunca nos ha defraudado, así que, una vez más, diseñamos la ruta con ellos y nos dejamos asesorar para no perdernos lo imprescindible. Teníamos sólo diez días para el viaje, y teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que se tarda en ir y volver, contábamos con pocos días, por lo que al visitar un país tan inmensamente grande y con tantas posibilidades para el turista, tuvimos que hacer una selección de las paradas que más nos apetecían.
Nuestra prioridad suelen ser los paisajes. Somos grandes amantes de la naturaleza, pero en esta ocasión queríamos tomarnos tiempo para disfrutar con calma de una ciudad tan impresionantes como Sidney, así que la gran urbe australiana fue nuestra primera parada.
Nos decantamos por recorrer la ciudad en barco. Al ser tan grande, en IEST nos recomendaron esta opción para hacer una visita panorámica inicial. Conocimos su puerto, famoso a nivel mundial, la impresionante Casa de la Ópera y algunas de las playas más emblemáticas.
Esta ciudad es tan increíble como uno se espera o incluso más. De todo lo que vimos, los que más nos gustó fue perdernos por las callejuelas de The Rocks. Allí encuentras casitas preciosas, además de numerosos museos, galerías y mercados de lo más variopintos. Un barrio lleno de historia que nos sorprendió gratamente.
No sabíamos que Australia tenía una gastronomía tan rica y variada. Disfrutamos muchísimo visitando algunos de los restaurantes de moda de la ciudad, donde había un ambiente muy animado a cualquier hora del día. Nos encantó la vida nocturna de la ciudad. Imprescindible no perderse alguna de las obras de teatro que se representan en los muelles de Walsh Bay.
Aterrizamos en Ayers Rock. Desde allí visitamos Kata Tjuta, con sus famosas formaciones rocosas conocidas como Las Olgas. Una paisaje natural asombroso y lleno de historia. La Garganta de Walpa es otra parada que más recomendamos. La agencia nos ofreció recorrer la zona en una Harley Davidson, y ¡no perdimos la oportunidad! Fue el broche perfecto para terminar nuestro viaje.
Nos volvimos encantados pero convencidos de que debemos volver. Hay tantos lugares que nos faltó visitar, que nos quedamos con la sensación de haber conocido sólo un pequeño trocito de este bello país.