Las pistas de los Alpes son de las mejores del mundo. Además, hay una amplia oferta según niveles y tipo de esquí que escojamos. En concreto, nosotros, después de barajar varias opciones con la agencia IEST, que nos organizó el viaje, escogimos la zona de Zermatt. Es una de las estaciones más representativas de los Alpes. Sus pistas son simplemente perfectas en todos los sentidos.

Además de disfrutar durante horas y horas de la inmensidad de sus pistas, el viaje merece totalmente la pena para disfrutar de lo espectacular del paisaje, en una zona donde limita Suiza con Italia y Austria.

Por si fuera poco, nos encantó el ambientazo que había en la zona. En IEST Viajes nos recomendaron algunos de los restaurantes y locales de moda donde ir a cenar o tomar una copa después de la jornada de esquí. Y en todos encontramos gente de todas las partes del mundo, lo pasamos muy bien.

También destacaría la enorme oferta hotelera que hay en la zona, para todos los gustos y precios. Nosotros nos alojamos en el Riffelhaus 1853, hotel a 2.500 metros de altitud con vistas impresionantes a las montañas que rodean Zermatt. Está a pie de pista, por lo que hace comodísimo moverse por la zona. Dentro tiene un spa muy agradable y un jacuzzi al aire libre desde el que disfrutar de las vistas de las montañas mientras te das un baño bien calentito. Hasta el establecimiento sólo se puede acceder mediante un tren de montaña que parte del mismo Zermatt, por lo que te olvidas de llegar hasta allí en coche o en cualquier otro transporte.

Un viaje 10 que seguro repetiremos.


Ernesto, Valladolid