Luna de miel en la Toscana

Lo tuve claro desde el principio. Cuando me casara me iría de viaje de novios a Italia. Me parecía súper romántica la idea de recorrer la Toscana con mi chico, perderme por esos pueblecitos tan bonitos de los que había escuchado hablar mil veces, visitar esos paisajes que tantas veces hemos visto en las películas, y por supuesto comer y dormir en algunos de los restaurantes y hoteles que a lo largo de los últimos años me habían ido recomendando amigos que ya habían tenido el placer de conocer este precioso trocito de Italia. Como decía, tenía claro que mi sueño de luna de miel era en la Toscana, así que solo me faltaba convencer a mi ya marido para escoger este destino. Él tenía otras preferencias pero al final cedió por mí, así que mi sueño por fin se cumplió!!!


El viaje comenzó en Florencia. La plaza del Duomo, la iglesia de Santa María del Fiore, la plaza de Miguel Ángel, el campanario de Giotto, la iglesia de San Miniato, la Galería de los Uffizi, etc. No quisimos perdernos nada de esta bella ciudad. Así que pateamos y pateamos durante un par de días para no dejar ningún rincón sin conocer.

Para desplazarnos hasta lugares que estaban un poquito más apartados contratamos una excursión con la agencia que nos organizaba el viaje, IEST. Así no tuvimos que preocuparnos del tema transporte, además de que nos acompañó un guía que hablaba español. Nos encantó la visita a Fiesole, un antiguo pueblo etrusco al que se llega tras pasar por unos paisajes de postal.

Merece mucho la pena desplazarse también hasta Lucca para recorrer su anfiteatro y conocer el ambiente de esta zona. Lo pasamos en grande paseando por su muralla, una forma original de conocer la ciudad.

También contratamos con IEST una ruta que aunque al principio no nos convenció mucho, luego nos pareció de lo más interesante del viaje. Es un recorrido por lo que llaman La Florencia de los Medici, en alusión a la familia que convirtió a la ciudad en el lugar de referencia artística que es hoy. En esta ruta se visitan varios monumentos entre los que destacan palacios e iglesias.

También pasamos unos días en Pisa. Visitamos la plaza de los Milagros, la Catedral, la Torre Inclinada, etc. Y después recorrimos la región del Chianti. Paisajes de película formados por bosques, viñedos, castillos y pueblecitos con mucho encanto.

A mi marido le encanta todo lo que tiene que ver con el mundo del vino, así que disfrutó muchísimo con la gran pasión y cultura por el vino que hay en esta zona del país. Muy recomendable hacer una parada en Greve, donde se encuentran los viñedos más antiguos de la región. Pasamos un día divertidísimo, que incluía cata de vino y degustación de quesos y charcutería típicos de la zona. Buenísimo todo!

La última parte de nuestro viaje la pasamos en Siena. Además de conocer esa ciudad y sus principales monumentos, estuvimos en varios pueblos típicos que reflejan la historia y la cultura de esta provincia italiana: callejuelas, plazas, torres, murallas, etc. Y de nuevo, una gran cultura vitivinícola.

Un viaje sin duda completo que no nos defraudó y que recomendamos a todo el mundo!