Dos recién casados descubriendo Sri Lanka

Seguramente tenga mucho que ver el hecho de que se trata de nuestra luna de miel. Pero tengo claro que ha sido, sin duda, el viaje de mi vida. Descubrir este pequeño país tan alejado, ubicado en el Índico, en el Golfo de Bengala, ha sido una de las grandes experiencias que he vivido.


Tiene muchísimo que ofrecer al viajero. Resulta difícil creer que no sea uno de esos destinos masificados por el turismo, como ocurre con otros países asiáticos. Sri Lanka tiene mucho de naturaleza, de cultura, de historia.

Comenzamos nuestro viaje en la capital, Colombo. Recorrimos su paseo marítimo, donde se encuentran la mayoría de los hoteles más lujosos, y conocimos un poco de su historia colonial. Pero éste era solo el punto de partida de nuestra aventura.

Visitamos Pinnawalla. Un orfanato para paquidermos, un animal sagrado en esta cultura. Aquí convive una manada de ejemplares con todo tipo de atenciones. Algunos están heridos, otros han sido maltratados, etc.

Hay varios parques nacionales y reservas naturales que merece la pena visitar. Como no podíamos llegar a todos, escogimos el Parque Nacional de Yala, donde se encuentra una de las mayores poblaciones de leopardos del planeta, además de osos perezosos y cocodrilos.

Kandy es una ciudad sagrada para el budismo. Es una gran opción para visitar algunos templos e importantes lugares de peregrinación para los budistas. En IEST, mientras organizábamos el viaje, nos comentaron que en los meses de verano se celebra en esta ciudad un gran festival cultural, conocido en toda Asia y que atrae a millones de visitantes. No nos coincidió la época, pero esperamos poder volver algún día…

Galle es también una ciudad cargada de historia. En concreto, alberga la primera ciudad fortificada que los europeos pusieron en pie en todo el Sudeste Asiático. Es muy recomendable perderse por sus calles para acercarse a su pasado, además de visitar algunos de sus restaurantes locales y alojarse en los muchos hotelitos con encanto que ofrece.

Otra de nuestras paradas estrella fue Sigiriya. Allí se encuentra la gran fortaleza del rey Kassapa, que en el siglo V lo construyó sobre una cumbre a 250 metros de altura. Se encuentra en medio de una impactante llanura. Subir hasta la cima fue uno de los momentos más emocionantes del viaje.

Sri Lanka tiene otras muchas localizaciones cargadas de historia y cultura, que a nosotros no nos dio tiempo a visitar. Al tratarse de nuestra luna miel, quisimos reservar los últimos días para hacer una escapada a alguna de sus fantásticas playas y aprovechar para descansar y relajarnos al sol.

En concreto, nosotros estuvimos en Unawatuna, una playa preciosa en forma de bahía semicircular protegida por barreras de corales. De nuevo, precioso.