En la sabana keniana...

Sólo de imaginarme en un entorno así me ponía nerviosa... Soñaba con viajar a Kenia desde que estuve en IEST y me hablaron de algunas de las maravillas de este destino mágico en África. Quería sorprender a mi pareja con un viaje especial, romántico pero a la vez aventurero. Y desde luego lo conseguí. Safaris de película y alojamientos de cuento. Así describiría de manera sintética nuestro viaje por Kenia.


Aterrizamos en Nairobi y desde ahí nos dirigimos hacia la Reserva de Samburu. Aquí ya empezamos a deleitarnos con la grata compañía de los animales salvajes. En esta zona hay animales únicos, como la jirafa reticulada o el antílope jirafa. No sé cuántos cientos de fotos hice con mi cámara de estos bellos "amiguitos" que nos acompañaron en nuestro primer safari africano.

Visitamos la Reserva de los Samburu. Se caracterizan por ser grandes guerreros y llevar una vida nómada en plena convivencia con los animales salvajes. Realmente llama muchísimo la atención ver esa forma de vida tan ligada a los animales y a la naturaleza.

Otro grandísimo acierto fue la visita al Lago Nakuru y las Cataratas Thompson. Ibamos sin prisa, como nos recomendaron desde la agencia, así que tuvimos tres días para disfrutar de este entorno y de una gran de actividades: safaris en 4x4, caminatas a pie, paseos a caballo al atardecer, y por supuesto comidas y cenas para degustar las exquisiteces típicas del país.

Y después de esto todavía nos quedaba la visita a la Reversa Nacional de Masai Mara! Aquí se produce una de las mayores concentraciones de animales salvajes del mundo, así que mires donde mires te encuentras de todo: jirafas, guepardos, hipopótmas, hienas, leonas, impalas, rinocerontes... la lista es interminable!

También aquí es de admirar la cultura y formas de vida de los Masai, otro pueblo de pastores nómadas y guerreros.

Para despedir nuestro viaje, contratamos una excursión en globo y sobrevolamos la sabana africana... Sin palabras!

Y no me quiero olvidar de los alojamientos, que merecen, sin duda, una mención especial. Los hoteles más lujosos se mimetizan con el ambiente. No me gustan nada esos hoteles con cientos de habitaciones repartidas en edificios inmensos y rascacielos. Para mí el lujo era lo que encontré en este viaje: campamentos cuidados al detalle, en perfecta sintonía con el ambiente, ubicados en parajes naturales inigualables y con todas las comodidades que se pueda esperar de un alojamiento de cinco estrellas. Dormir observando la belleza de la sabana africana, escuchando el movimiento de los animales y bajo la luz de una noche estrellada, da una sensación tan mágica que me resulta difícil describir.

Dar las gracias especialmente a los organizadores del viaje: la agencia IEST. Cuidaron de que todo nuestro viaje estuviera perfectamente organizado y nos dieron todo tipo de facilidades para que sólo nos tuviéramos que preocupar de disfrutar al máximo de esta gran experiencia.

Ponte en contacto con IEST en www.iest.es