Navidades en el Caribe

Las pasadas Navidades fueron, sin duda, unas de las más especiales de mi vida. Eran las primeras que compartíamos con nuestra hija, que había nacido tan sólo seis meses antes, y decidimos pasarlas en un lugar diferente, viajar a un sitio paradisíaco para pasar los últimos días del año y recibir el nuevo de una manera especial.


Como tanto mi marido como yo somos hijos únicos, invitamos a que nos acompañaran nuestros respectivos padres, que se ilusionaron tanto o más con nosotros cuando le planteamos nuestra idea. Sólo faltaba escoger el destino. Queríamos playa, que hiciera súper buen tiempo y, sobre todo, que yendo con un bebé tan pequeñito fuera un sitio cómodo, tranquilo y muy agradable para todos. Por tratarse de un viaje tan especial, decidimos contar con la ayuda de IEST Viajes, la misma agencia que un par de años antes había organizado nuestra luna de miel y con la que habíamos quedado muy contentos.

Desde el principio nos propusieron el Caribe, algo con lo que nosotros estábamos totalmente de acuerdo. Era la mejor opción para lo que buscábamos. Nosotros ya lo conocíamos y sabíamos que encajaba con nuestra idea pero por otro lado nuestros padres nunca habían estado, así que nos hacía especial ilusión que tuvieran la oportunidad de viajar a uno de sus fantásticos destinos. Estuvimos mirando diferentes opciones y al final nos decantamos por Punta Cana, en la República Dominicana, un gran paraíso lo mires por donde lo mires.

A partir de ahí solo faltaba escoger el hotel. Parece algo fácil pero hay tantas opciones y todas tan apetecibles, que al final nos dejamos llevar por la recomendación de la agencia. En esta ocasión la elección del hotel era fundamental porque, por el tipo de viaje, era donde pensábamos pasar la mayor parte de nuestro viaje, disfrutando de la playa, de sus piscinas, de los restaurantes y demás actividades pensadas para el ocio y el relax. Y al final el elegido fue el Meliá Caribe Tropical. ¿Suena bien, verdad? Pues no nos defraudó para nada!

Es un hotel todo incluido, pero además de eso tienes la opción de contratar lo que llaman The Level, que te permite acceder a todas las áreas del hotel e incluyo servicio de mayordomo. Sin duda, todo un lujo.

Tiene diez piscinas al aire libre, acceso directo a la playa privada del hotel, campo de golf y varios restaurantes temáticos.

Además de disfrutar del y sol y la playa y de recorrer todas sus piscinas, hicimos algunas de actividades que ofrece el hotel, como piragüismo y buceo, además de alguna excursión por los alrededores.

Aprovechando que venían los abuelos y podían quedarse con la pequeña, una de las noches la reservamos para salir a cenar en pareja. Escogimos el restaurante Hokkaido, dentro del mismo hotel, que ofrecía una comida japonesa de primer nivel. Disfrutamos muchísimo de nuestra cenita romántica y después nos tomamos una copa en uno de los locales nocturnos del complejo. Incluso nos animamos a acabar la noche en el casino del hotel, fue divertidísimo.

Para celebrar el fin de año, vimos varias opciones, todas muy interesantes, y al final decidimos escoger el Menú de Experiencias, un servicio especial que ofrece el hotel para organizar planes especiales. Al final pasamos la última noche del año cenando en plena playa toda la familia, a la luz de las estrellas y con la brisita del mar. Maravilloso.

Sin duda, fue una Nochevieja y unas Navidades inolvidables. Buena compañía y un paraíso al que nos gustaría muchísimo volver otro año.